Las autoridades policiales no manejan un número específico de cuántos pueden ser los denominados nuevos protagonistas del crimen organizado. Solo se conoce que sobrepasan los 800 soldados en el ejército que se extiende en al menos tres municipios de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, publica La Verdad.
Los sicarios tercerizados o subcontratados, como los nombró una fuente policial, es una nueva figura que se expande como un nuevo oficio o puesto de trabajo tentativo en la sociedad. En el caso de la subregión, la era de las bandas lideradas por las familias mafiosas se acaba para darle paso a este sistema que, aunque es de vieja data, resulta estratégico.
El fenómeno se formó luego del desmantelamiento y las bajas significativas en las bandas delictivas desde el segundo semestre de 2014 hasta la fecha. Este “ejército” lo conforman los sicarios de “renombre” que trabajaron para las mafias.
El “Loco”, el “Martes 13″, el “Camaleón”, el “Danye”, el “Wiwi”, los hijos de Los Coyas de los Andes, el “Pache”, el “Crazy”, el “Toreto”, el “Taite”, el “Arturito” y el “Monito” son solo algunos de los asesinos asalariados en el municipio Santa Rita que se independizaron. En las parroquias San José y Los Puertos de Altagracia del municipio Miranda dominan Las Divitas.
El oficial explicó que esta modalidad les permite brindar un servicio exclusivo a los patrones, quienes desde sus escondites o desde el exilio lideran el crimen organizado. Normalmente, el sicario desconoce quién lo contrata y puede participar en unos 100 crímenes al mes.
Los más vulnerables a ingresar a este estilo de vida son los adolescentes. En el caso de los municipios Santa Rita, Miranda y Lagunillas suelen verse
“El sistema funciona como una empresa, comandada por los cabecillas; poseen un centro de operaciones, liderada por el autor intelectual y seguida de un jefe de operaciones, este organiza un equipo de trabajo, integrado por testaferros y mensajeros que se encargan de contratar el servicio de sicarios, coco secos o uno que otro delincuente según sea el encargo”.
Las bandas alquilan las armas a los sicarios o coco secos para ejecutar el homicidio, la tarifa que cobran depende del arma y objetivo. Normalmente para la efectividad de estos trabajos suelen usar pistolas automáticas modelo Glock y Prieto Beretta, sus precios oscilan entre los 30 mil y hasta 40, dependiendo del tiempo de uso de trabajo y municiones.
Fenómeno criminal
Según Gabriela Salas, socióloga, en el país y en el caso de la COL es fácil instalar el negocio de muertes por encargo. Se trata de hombres que entrenan para cumplir con el objetivo y recibir su paga. Esto es una forma de desvincular a la cabeza con el hecho. “Es un fenómeno criminal que no es nuevo, pero ha desplazado a otros como venganza, ajuste de cuentas, crimen pasional y rapto”.
Esta situación y forma de ejecutar homicidios se presta para crear un colapso en las investigaciones policiales y determinar quién es el autor intelectual. A esto se suma la carencia de métodos avanzados para determinar las causas y actores de cada hecho.
Zonas de vigilancia
Manuel Romero, director de Polimiranda, señaló que el caso del municipio Miranda, uno de los más vulnerables a este tipo de delito, la Policía en conjunto con el resto del cuerpo de seguridad que funcionan en el municipio mantienen varios planes de seguridad centradas en las parroquias San José y Altagracia, zonas donde se registran la mayoría de las muertes por encargo.
En Lagunillas la situación es distinta, una fuente policial, resaltó que la falta de presencia de efectivos en las calles hace del municipio un lugar opcional para cometer delitos con entrada y salida segura. A esta se suma el municipio Santa Rita, que apenas cuenta con una coordinación de la Policía regional.
Insuficientes
Un aproximado de mil funcionarios concentran las Policías municipal, estatal y nacional en la Costa Oriental del Lago y están a la disposición de la seguridad de los casi 840 mil habitantes de la zona. El patrullaje es esporádico.
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